Expiraste, Jesús, pero Tú muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu Misericordia inundó todo el mundo.
¡Oh!, Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tú última gota.
(IV, 59)
¡Oh!, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, Manantial de Misericordia para nosotros, en Ti Confío.
(1,35)
Anuncios